Hechos clave:
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Los casos de Javier Milei y Robert F. Kennedy Jr. son analizados por la empresaria e inversionista.
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Taher explica que los candidatos no deben crear un show banal y marketinero para ganar votos.
Este artículo fue escrito por Mónica Taher, empresaria tecnológica e inversionista en startups de blockchain y cripto divisas. Actualmente es accionista y vicepresidente de marketing de RocketFuel, una empresa global de pagos en criptomonedas. Ex directora de Tecnología e Innovación de Negocios en InvestSV en el Gobierno de El Salvador.
En la era digital, el auge de las criptomonedas ha planteado nuevos desafíos y oportunidades para el ámbito político. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que el respaldo a estas tecnologías no debe estar desconectado de los principios democráticos fundamentales.
Todos nosotros que estamos de una u otra manera involucrados en el ecosistema del Bitcoin y otras criptomonedas, queremos ver adopción masiva, regulación, más educación. Sin embargo, no podemos, ni debemos negociar la democracia por la innovación.
La democracia es un pilar fundamental de cualquier sociedad moderna. Representa la participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas de los líderes políticos. Significa no avalar la corrupción. Apoyar a candidatos políticos que no creen en la democracia socava estos valores esenciales y pone en peligro la estabilidad y el progreso económico de una nación.
Al final, ¿de qué sirve abogar por la libertad económica que puedan proporcionar las criptomonedas si los habitantes de un país no tienen mínimos derechos?
El caso de Javier Milei en Argentina, conocido economista y político, quien ha expresado públicamente su respaldo al Bitcoin y Ethereum y ha prometido hacer “explotar” el banco central para cambiar la precaria y frágil economía que abate a ese país, es interesante.

Aunque no estoy de acuerdo con la premisa esclavista establecida históricamente por los bancos mundiales, me alarman sus otras propuestas. Sus posturas radicales y controversiales, como la promesa de desmantelar el Ministerio de la Mujer y el de Ciencia y Tecnología, generan preocupación sobre su compromiso con la igualdad de género y el desarrollo tecnológico del país.
A esas ideas se añade la de la venta de órganos. Milei propone que, si una persona desea vender uno de sus órganos por necesidad económica, impulsará una ley para esa meta. Tampoco cree en el calentamiento global. Estas ideas extremas muestran una falta de consideración por las necesidades y derechos fundamentales de ciertos sectores de la sociedad.
Hemos observado de primera mano cómo en ocasiones, los habitantes de un país optan por votar por un candidato tercero debido al profundo hartazgo que sienten hacia los partidos políticos tradicionales.
Este hartazgo puede surgir de la percepción de falta de representación, corrupción, estancamiento o incumplimiento de promesas por parte de los partidos establecidos. Los ciudadanos buscan alternativas frescas y diferentes, anhelando un cambio real en el sistema político. No obstante, muchas veces ese cambio se paga con un alto precio, como la suspensión de derechos humanos.
De la misma manera, el candidato a las primarias en Estados Unidos por el partido demócrata, Robert F. Kennedy Jr., ha dado su apoyo incondicional al Bitcoin.

Inicialmente se le cuestionó que abogara por la criptomoneda cuando ni siquiera había comprado un Satoshi y sólo lo hizo ante la crítica. Lo que indica que también, como buen político, ha utilizado a Bitcoin como palanca para amortiguar su campaña y motivar a los Bitcoiners que seguramente votarán por él debido a esta propuesta.
Su creencia en teorías conspirativas, como afirmar que “los judíos crearon el COVID”, “que los químicos en el agua hacen que los niños se conviertan en personas transgénero” o que “el VIH no causa el SIDA”, plantea serias dudas sobre su integridad moral y su capacidad para liderar de manera justa e imparcial.
De hecho, se rodea de “estrellas” especializadas en este tipo de teorías como Alex Jones, Roger Stone y el Movimiento QAnon. Estas teorías conspirativas desinforman y generan división en la sociedad, y al respaldarlas, Kennedy muestra una falta de criterio y pensamiento crítico.
Apoyar candidatos políticos que respalden las criptomonedas pero no crean en la democracia per se demuestra una falta de coherencia ideológica. Las criptomonedas, si bien pueden ofrecer beneficios económicos especialmente para los no bancarizados, deben estar respaldadas por principios democráticos sólidos.
Sin ellos, existe el riesgo de abusos, corrupción y la creación de sistemas opacos que favorezcan a unos pocos en detrimento de la mayoría. No podemos decir que creemos en la libertad económica si no creemos en la democracia.
En un mundo cada vez más digitalizado, es esencial que los líderes políticos entiendan y valoren la importancia de la democracia en la implementación y regulación de tecnologías como las criptomonedas. Esto implica garantizar la transparencia en los procesos financieros, proteger los derechos de los ciudadanos y fomentar la inclusión y la equidad en el acceso a estas tecnologías.
Es crucial que los líderes políticos sean coherentes, comprometidos con el bienestar de su población y no sólo crear un show banal y marketinero con la intención de ganar votos.
No obstante, es aún más importante para nosotros, como fans de las criptomonedas, como Bitcoiners o individuos que soñamos con que todos tengamos acceso al dinero sin intermediarios, que seamos responsables. Debemos sopesar nuestras opciones a la hora de votar y no dejarnos llevar por la fiebre del nuevo oro mientras ayudamos a socavar la democracia que tanto necesitamos en el mundo.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.